Una parte de una canción,
y aún no sale la impresión
son muchos vectores.
Un par de pasajeros se ríen.
No resulta ser tan bonito como pensaba
el futón que fui a ver.
Un pedazo de sueño
se cuelga a las 6:45 am,
porque a esa hora me despierto.
Otro pedazo de sueño se pierde
a las 7:00 am,
porque a esa hora vuelvo a despertarme.
Hay un par de ojos
que tienen un brillo tibio
en mi cama
y los pelos de gato
vuelan y flotan cerca de mi ropa.
Bass y trebble
peleando por sonar mejor
a mis espaldas
mientras los post-it se acumulan,
las pautas se confunden,
y fh10 y fh11 se traicionan.
(no usar la última versión:
tiene problemas de postscript)
Una manzana me mira.
Y todo se cae en trocitos
sobre el teclado.
Un blog con ilustraciones, gráfica en general, letras, peladas de cable, poesía, mucho de fantasía y una buena dosis de sarcasmo. Siéntase bienvenido.
miércoles, mayo 30, 2007
martes, mayo 22, 2007
Repasando las propias metas
Hoy en el trabajo salió en la conversación-de-frente-al-computador el tema de las metas que cada cual tiene en mente. Cada cual tiene su propia escala de metas, de perspectivas y obstáculos, pero sí he visto que hay algo en común: ninguna de las chicas que está aquí tiene planificado seguir tal y como está actualmente.
Astrid, mi amiga, tiene en su camino la meta más grande que hasta ahora le presenta su carrera: titularse. No le ha sido fácil, pero ya tiene previsto terminarlo este año, como en diciembre. Después de ese evento, tiene en mente otra cosa muy grande: tener hijos. Ahí yo la aplaudo: yo no quiero tener mini-Pilares, pero sí me gustaría mimar a los hijos de mis amigos.
Carola P., la persona que se sienta a mi lado y que me aguanta cada idiotez que digo, tiene planes de trabajar afuera, en algún momento. La verdad es que ella sueña con Italia, con serios planes de aprender el idioma y todo. La otra Carolina que se sienta a mi lado tiene que titularse también, y creo que aspira a vivir con su pareja, en su casa propia.
Entonces, pienso en mis propios planes y haciendo memoria, muchos de ellos han quedado archivados esperando mejores horizontes. Uno es el deseo de volar, pilotear aviones: desde que murió mi padre que ésa fue una de las metas más importantes, pero finalmente me ganó la academia tradicional, vale decir, seguir el camino de la Universidad, donde habría más posibilidades de desarrollar mi principal habilidad: la plástica/diseño/ilustración/creatividad.
Hace poco me planteé lo de trabajar en el extranjero: Nueva Zelanda, Australia o Canadá. Y hoy me lo vuelvo a replantear. Y de la mano de esas metas, la posibilidad de poder tener un fondo extra que me permita estudiar instrumentos y vuelo visual, junto a física, matemática y naturalmente, meteorología. No, no lo olvido. Tampoco olvido que acá está todo lo que es mío, dígase, mi casa, mi madre, mi futura casa propia y sobretodo, mi pareja.
No, no puedo irme pronto. Al menos son dos años más acá, y puede que mucho más, si se me cruzan ciertos postgrados, ciertos cursos en particular. Necesito crecer como creativa, como redactora y como gestora de cosas más grandes....y partiendo de acá no creo que lo logre.
Ah, esto de las metas y caminos, da para tanto.
Para mi desgracia, soy ambiciosa, y me gusta acumular conocimiento y ponerlo al servicio de mi trabajo.
Y si mi trabajo varía de un mac al mando de una aeronave, que así sea: volar es un gran sueño.
:)
Astrid, mi amiga, tiene en su camino la meta más grande que hasta ahora le presenta su carrera: titularse. No le ha sido fácil, pero ya tiene previsto terminarlo este año, como en diciembre. Después de ese evento, tiene en mente otra cosa muy grande: tener hijos. Ahí yo la aplaudo: yo no quiero tener mini-Pilares, pero sí me gustaría mimar a los hijos de mis amigos.
Carola P., la persona que se sienta a mi lado y que me aguanta cada idiotez que digo, tiene planes de trabajar afuera, en algún momento. La verdad es que ella sueña con Italia, con serios planes de aprender el idioma y todo. La otra Carolina que se sienta a mi lado tiene que titularse también, y creo que aspira a vivir con su pareja, en su casa propia.
Entonces, pienso en mis propios planes y haciendo memoria, muchos de ellos han quedado archivados esperando mejores horizontes. Uno es el deseo de volar, pilotear aviones: desde que murió mi padre que ésa fue una de las metas más importantes, pero finalmente me ganó la academia tradicional, vale decir, seguir el camino de la Universidad, donde habría más posibilidades de desarrollar mi principal habilidad: la plástica/diseño/ilustración/creatividad.
Hace poco me planteé lo de trabajar en el extranjero: Nueva Zelanda, Australia o Canadá. Y hoy me lo vuelvo a replantear. Y de la mano de esas metas, la posibilidad de poder tener un fondo extra que me permita estudiar instrumentos y vuelo visual, junto a física, matemática y naturalmente, meteorología. No, no lo olvido. Tampoco olvido que acá está todo lo que es mío, dígase, mi casa, mi madre, mi futura casa propia y sobretodo, mi pareja.
No, no puedo irme pronto. Al menos son dos años más acá, y puede que mucho más, si se me cruzan ciertos postgrados, ciertos cursos en particular. Necesito crecer como creativa, como redactora y como gestora de cosas más grandes....y partiendo de acá no creo que lo logre.
Ah, esto de las metas y caminos, da para tanto.
Para mi desgracia, soy ambiciosa, y me gusta acumular conocimiento y ponerlo al servicio de mi trabajo.
Y si mi trabajo varía de un mac al mando de una aeronave, que así sea: volar es un gran sueño.
:)
martes, mayo 08, 2007
Un relato
"
Desde hacía un par de cuadras había vislumbrado una falda estilizada, de color negro. Debajo de esa falda, un par de piernas enfundadas en medias negras, con unas botas altas, de taco agudo, semejante a una daga. Sobre la falda, había un torso de negro con color café (café de grano, oloroso) en forma de encajes, con dos brazos ondulantes y apresurados como si fueran serpientes. Era coqueta y seria, la cabellera que llevaba suelta.
Me escondí detrás de un pilar, para poder mirarla, mientras se alejaba. Luego, corrí silenciosamente detrás de ella, para poder percibir su perfume, entre automóviles y árboles incluso. Un perro chilló asustado al sentir mis pasos casi inexistentes, e hizo que ella se volteara a mirar, alarmada. Qué animal más torpe, pensé.
Y me vio.
Me congelé en el acto, mirando a izquierda y derecha, mientras observaba en su rostro una expresión de sorpresa casi morbosa. Las mejillas se le habían encendido como sangre en la nieve. Había olor a hidrocarburos y motores reposantes. El estacionamiento....¿No había ido demasiado lejos?
¿Por qué seguirla? ¿Y si venía su novio o su esposo a encontrarla, y me descubría en pleno acto de espionaje obsesivo?
Decidí partir, sin darle más pistas de mi persona, tratando de jugar con las sombras, después de todo, yo vestía siempre de negro, era fácil huir, era fácil incluso seducir.
Pero no resultó. Ella fue más rápida, más certera, más precisa, y ya estaba a menos de un metro de mí.
Su perfume me llenó, entonces. Pude percibir sus rasgos más finos, la comisura de los labios pequeños, los ojos casi orientales, un mechón que había caído sobre su frente le daba un rasgo un poco macabro. Era dulce, sin embargo.
La pared me tocó la espalda, mientras me daba cuenta que yo había terminado como la presa más perfecta. Ambas vestíamos de negro.
Y el estacionamiento estaba tan oscuro...y tan frío.
Sus labios se movieron lentamente, cerca de mi oído y las palabras cayeron como plumas sobre el agua.
' Te pillé....'
"
Desde hacía un par de cuadras había vislumbrado una falda estilizada, de color negro. Debajo de esa falda, un par de piernas enfundadas en medias negras, con unas botas altas, de taco agudo, semejante a una daga. Sobre la falda, había un torso de negro con color café (café de grano, oloroso) en forma de encajes, con dos brazos ondulantes y apresurados como si fueran serpientes. Era coqueta y seria, la cabellera que llevaba suelta.
Me escondí detrás de un pilar, para poder mirarla, mientras se alejaba. Luego, corrí silenciosamente detrás de ella, para poder percibir su perfume, entre automóviles y árboles incluso. Un perro chilló asustado al sentir mis pasos casi inexistentes, e hizo que ella se volteara a mirar, alarmada. Qué animal más torpe, pensé.
Y me vio.
Me congelé en el acto, mirando a izquierda y derecha, mientras observaba en su rostro una expresión de sorpresa casi morbosa. Las mejillas se le habían encendido como sangre en la nieve. Había olor a hidrocarburos y motores reposantes. El estacionamiento....¿No había ido demasiado lejos?
¿Por qué seguirla? ¿Y si venía su novio o su esposo a encontrarla, y me descubría en pleno acto de espionaje obsesivo?
Decidí partir, sin darle más pistas de mi persona, tratando de jugar con las sombras, después de todo, yo vestía siempre de negro, era fácil huir, era fácil incluso seducir.
Pero no resultó. Ella fue más rápida, más certera, más precisa, y ya estaba a menos de un metro de mí.
Su perfume me llenó, entonces. Pude percibir sus rasgos más finos, la comisura de los labios pequeños, los ojos casi orientales, un mechón que había caído sobre su frente le daba un rasgo un poco macabro. Era dulce, sin embargo.
La pared me tocó la espalda, mientras me daba cuenta que yo había terminado como la presa más perfecta. Ambas vestíamos de negro.
Y el estacionamiento estaba tan oscuro...y tan frío.
Sus labios se movieron lentamente, cerca de mi oído y las palabras cayeron como plumas sobre el agua.
' Te pillé....'
"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)