viernes, diciembre 28, 2007

Una "dulce" mentira

Se dice por ahí que la Educación en Chile es un derecho, no un privilegio. Sin embargo, y a pesar de las buenas (y muy difundidas) intenciones ministeriales y legislativas, la cosa es bien distinta, y los últimos resultados de la PSU son un índice certero de ello: los mejores puntajes de este año 2007 tuvieron su origen en alumnos de colegios particulares, más precisamente, en colegios ABC1, como el Cumbres o el Saint George, sobrepasando en proporción de 1 es a 4 a los colegios municipales y subvencionados.

Las cosas son así: la calidad de la Educación (o la capacidad que cada cual posee de poder lograr algo) varía según los sectores, ya sea si naces en cuna de oro o si simplemente tienes una mediagua como hogar. Al parecer, las buenas intenciones de ciertos magisterios no han sido suficientes para erradicar la brecha socioeconómica en cuanto a la educación.

Dentro de mi pequeño círculo de acción, he visto pasar miles de palabras, especialmente, editoriales, artículos y notas en algunas publicaciones. Una de ellas, del Ministerio de Educación, hacía referencia a estas diferencias entre puntajes, en un texto primario, de un modo autocrítico y consciente, tratando con un buen grado de realismo el asunto de las distintas capacidades entre colegios, lo que es raro en una institución de gobierno. Quien estaba a cargo de la nota tuvo que irse luego con el impreso, y volvió con un texto nuevo, totalmente distinto. ¿La diferencia? El enfoque de la editorial se volvió autocomplaciente, bajándole el perfil a la problemática de fondo, que es lo parcial que resulta la educación en Chile, donde quien tiene más poder adquisitivo puede llegar más lejos. El texto, en vez de terminar en una reflexión seria, evaluando la labor del Ministerio, citó un caso de un chico de La Pintana, que sacó un puntaje soberbio a pesar de todo.

Como siempre, las dulces mentiras sobresalen, y no se saca nada con generar autocrítica si la censura proviene de los mismos ministerios, los que deben velar por la igualdad. La editorial de dicha publicación minsterial quedó muy bien diseñada, pero sin duda, continúa con la tradición eufemista, de sobada de lomo que tanto nos caracteriza.

Lamentable, pero cierto.


¡Feliz Año Nuevo, por cierto! Las cosas debieran ir cambiando...

martes, noviembre 27, 2007

Trozos, no más.

Una sonrisa perdida
en una foto amarilla.
Uno pedazos de recuerdos
con el afán propio
de un desmemoriado.

Un automóvil antiguo
en una tierra anónima
conducido por un rostro perdido
bajo un techo oscuro
Es obvio que nunca lo vi en persona,
mi padre era un ser dual.

Un gesto de hace veinte años
plasmado en granos de plata
transformado en estrellas
que brillan catódicamente.
(Me preguntan si ésa es mi madre)

Una mano que acaricia
una estatua lejana
con glorias selváticas
(en ese momento yo
aún no existía)

Pastos, pinos,
alerces, motores, ruedas, óxidos
y una mirada fugaz al lente.
Todo se ha convertido en trozos,
de pixeles,
de pigmentos,
de luz en papel,
de memorias hechas por otros.

Un haz de luz
frente al hotel,
hace casi treinta años,
en un pasado de almíbar.

Y yo sigo tratando
de recolectar los trozos
de mi familia.

lunes, noviembre 19, 2007

Trabajando en segundo plano *espere, por favor*

De alguna forma, la sensación de no-consciencia me inunda, nuevamente. No es que haya salido de una especie de velo malévolo y haya recolectado nuevas consciencias, si no que fue casi como un exceso de consciencia que terminó por agotarme. Eso fue la semana pasada.

El trabajo no es mi vida, eso está tan claro, pero ¿cómo hago para dejar fuera de mi casa cada aspecto de mi trabajo, que se queden frente a la puerta del 1413, tratando de entrar?

Ya me lo dice el sempai Poblete: "usted pelea con todos sus pensamientos en el shinai. Relájese, aparte el trabajo, la pareja, la casa, haga que su cuerpo obedezca sus órdenes, o voy a comenzar a pensar que usted es así siempre, en todos los aspectos de vida".
Mi expresión debe ser evidentemente orgullosa y muy picada. El sempai me sonríe y me dice "Y no me ponga más caritas, ¿ah? así, cero expresión..."

¿Que si me lo tomo a la personal? Sí. Es mi gran falla, creer que muchas cosas son desde y para mí, que de alguna forma soy responsable de todo. Qué ridículo, ¿no? Desde el más básico "men" que hago, hasta cada movimiento en kendo, hasta cada click en el trabajo, o decisión de la casa, todo es importante. He allí el error....creo.

Sigo en el estado de semi-consciencia, tratando de ordenar archivos mentales, de cumplir las tareas programadas, de recordar esporádicamente qué tengo que hacer y cuándo. El verano se apodera de los días, pero veo que mi descanso está lejos, en forma de vacaciones.


Qué consciencia la mía...me va a terminar matando.

lunes, octubre 22, 2007

De cómo Falabella atiende según la procedencia del cliente...

Es bien sabido que la típica frase "Precios al alcance de todos" o "Alta calidad, a bajos precios" es pura mentira. Es el truco más antiguo de todos, vender lo que no es, de la forma que realmente no es, o de la forma que nosotros quisiéramos creer, como humildes ovejas consumidoras que parece que somos.

Bueno, esto surge a partir de una pasta de pollo, tal cual. Hace casi tres meses compré el refrigerador de mi casa, y con él venía una minipimer de regalo, la que sólo abrí de su empaque original el jueves pasado. Tras moler un poco el pollo con las otras cosas, descubrí que las hojas se habían separado del aparato, y que nadaban felices entre el pimentón y la mayonesa. Pensé que estaba fallada, y tras intentar 5 veces moler un poco más la mezcla, la hoja se soltó definitivamente del rotor. "Adiós, cócteles sabrosos y salsas deliciosas: me han regalado una basura", dije.

Fui el sábado a Falabella electrónica de Santiago Centro a ver cómo podía arreglar el aparato. Los hechos fueron los siguientes:
1) Primero, esperé cerca de 10 minutos por un turno que no avanzó.
2) Pregunté antes de mi turno, a un tipo que daba vueltas por ahí, qué podía hacer con esa situación del aparato fallado. Las respuestas fueron surtidas, y provinieron de jefes y subordinados: El accesorio (la hoja) no se cambia, hay que dejarlo en servicio técnico para que ellos decidan qué hacer, si la venta se hizo por internet, no hay nada que hacer, etc. ¿Soluciones? Cero.

Con un paquete inservible, una boleta inútil y harta frustración, decidimos con Elisa ir a probar suerte a Falabella del Parque Arauco, pues está probado que a veces cambian un poco las respuestas de un local a otro.

El día domingo fui al mega mall mencionado, con mi madre y con Elisa. Los hechos fueron los siguientes:
1) Tomé mi número de atención para el turno, y no tuve que esperar nada para ser atendida.
2) Tras explicar el desperfecto del aparato, la srta. del mesón tomó la caja, comprobó el daño, y partió a cambiarla por una nueva, en menos de dos minutos. Me sonrió, gentil y me entregó lo que le solicitaba, sin complicaciones. ¿Soluciones? Justo la que esperaría de Falabella.

A dónde voy con todo esto: No es posible que una empresa que se dice número uno en el mercado en tasas de interés tenga tales variaciones de atención, en dos comunas distantes, en una misma región incluso. En un local, tras una simple mirada, se te demora en tus trámites, las soluciones no existen, y simplemente has perdido todo. En otro local, eres atendido con dignidad, rapidez y precisión, sin siquiera cuestionar si la boleta que ostentas es realmente la tuya.

Por un buen rato me quedé pasmada ante el cambio de aire, cómo en el Parque Arauco, sin importar cómo te veas, te atienden perfectamente, pero en Santiago centro no.
Damas y caballeros, hay que tener cuidado. En la ley del consumidor, uno debe reclamar lo que es justo, y en este caso ¿qué diferencia hay si vivo (y por ende, consumo o compro) en Las Condes o en Santiago Centro?

Falabella, te tengo entre ceja y ceja, igual que a París. No hay que dejarse aplastar.

jueves, octubre 18, 2007

In love and also idiot

Aún cansada, con los ojos ardiendo
Te miro con paciencia.
Qué clase de idiota soy,
Aún no lo tengo claro,
pienso mil y una claves
y sin embargo
sólo me pierdo más y más
en una especie de laberinto
que surge desde lo más profundo
de mí misma.

Enamorada e idiota
Observo tus gestos,
Tus expresiones más graves
Y las más leves.
Y a pesar de estar cansada,
Y de que no hay nadie más allí,
Nadie más que lo entienda,
Sigo, y te miro desde lejos,
Y me doy cuenta de la fatalidad.

De la fatalidad que significa
El estar allí y no estar
El oír pero no escuchar,
Y el saber y saborear y meditar
que tampoco me oyes,
A pesar de que estás allí.
Enamorada e idiota
Me entrego desnuda
Me entrego en palabras simples
Entresacando restos de tristeza,
Aunque de pronto no hay caminos.

Los vacíos son más intensos,
Los silencios se convierten en pedazos,
Trozos de otras conversaciones.
In love and also idiot
Lo diré de forma sutil,
Sólo quiero una pausa,
Sólo quiero un sí,
Sólo quiero y deseo y sueño
Y amo de forma que no tienes idea
Lo que tú apenas ves en ti misma.

Enamorada e idiota, claro,
cómo no, casi siempre.
Mejor, te propongo una idea:
Vámonos lejos, a volar,
Para que no nos moleste el sol,
Y no nos pese el alma y el cuerpo.

sábado, septiembre 29, 2007

Consciencia

Me quise abandonar un día gris
por querer ser de nuevo lo que ya no soy.
Traté de flotar sin culpa,
sin remordimientos ni lazos de bonita seda,
y no pude.
¡No pude!

Quise dejar de hablar por dentro
un día de color pastel.
Quise dejar de sentirme, en cada pliego de piel,
en cada fuerza aplicada sobre algún cuerpo
inconsistente.
Pero no pude, nuevamente,
fue como luchar contra la inmensidad del cielo,
con su mirada impasible,
y ajena.

Quise correr, ser libre,
ser pura energía, sentirme intensa,
como un estallido de fuego arrasando con todo.
Y tampoco pude,
sólo caí dormida,
al borde de una cama olorosa,
en un espacio inmensurable.

Porque estaba cansada,
por eso no pude,
nada más.
Ni abandonarme,
ni flotar,
ni ser irresponsable,
como un canal alfa,
ni significar nada,
o ser sorda por dentro.

Todo estaba presente,
bullía, gritaba, murmuraba,
como siempre
y no pude ni evitarlo.
Para variar.

viernes, septiembre 21, 2007

Sistemas, vidas y otras malas costumbres

Una vez una amiga mía dijo "la ausencia se genera porque el sistema acapara las vidas como productos", y cada vez llego a pensar más como ella.

Nunca he sido amiga de pensar en "el sistema", como el eterno mal y enemigo impuesto por la masa que conformamos todos. Jamás me he guiado por ideales de tipo "yo voy contra el sistema porque es genial", o "voy contra la corriente porque a mí nadie me entiende", porque no me sirven esas proclamas: siempre he tenido una especie de suerte gigante, una estrella secreta que permite que o bien no me dañe demasiado, o no considere lo que el resto vocifera como un abuso, manteniéndome casi indemne, tranquila, y hasta afortunada, dentro de mis exigencias.

Sin embargo, ahora solidarizo un poco con la idea de que el famoso y nebuloso sistema sí nos toma como productos. La ausencia, como falta de algo, como la multiplicación por cero de lo más primordial, sucede, y aunque uno pelee porque no ocurra, socava amistades, genera mentiras piadosas y ridículas y causa cansancio crónico, que es ése que no te deja soñar ni despierto.

Es mucho, si en mis escasos sueños se cuela mi jefe, hablando de originales para imprenta, si un antiguo cliente me pide que le replantee un logo y al despertar, veo que las horas de sueño corrieron como velocistas, sin poder ni besar a mi novia o sin poder acariciar a mi madre.

¿Y qué demonios es el sistema, entonces?
Pues es lo que somos todos, en distintas proporciones, en conjunto, son nuestras leyes, nuestras formas de ser, borrosas y mezcladas, junto a los residuos de los errores previos, y los éxitos también. Uno puede quejarse del sistema, pero además puede interpretarlo a su modo, puede torcerlo, puede esquivarse como un montón de caca en el camino, o aprovecharse de la promoción del minuto. La idea no es tomarlo tal y como venga, como la mayoría de las cosas de este mundo, hay que saber tomarlo.


Por ahora, mi meta es tratar de hacer todo lo que quiero, de la mejor forma posible. Claro, entre esas cosas hay elementos no deseables, pero supongo que mi buena estrella (o mi padre, cuidándome desde un plano invisible) no dejará que me afecten mucho. Después de todo, una parte del sistema la conformo yo, algo tendrá que cambiar.

miércoles, septiembre 19, 2007

Dieciocho en resumen (no space key)

ViajarhuirtaxibolsointernetdesayunoautomamáMako
carreteracasahumedaddesordenmamá
olorgatoalmuerzoprietaarrozjugosiesta
TVmásTViralcinenohayfunción
vueltagiganteporcarreteracasanerviosdormir
fríomásfríopanlechetéazúcar
duchasordenlimpiarbañodeMako
asadoalmuerzopelículaYeinFondamamácantando
cuecascuicoschoripánborgoñalostresperroscarretera
sueñodormiralmuerzo
asadosiestapelículaHallmarkbolso
ropalimpiaautoascensor
casasolacamasábanasdormir.

Eso fue mi dieciocho largo, si me permiten. Nebuloso y hogareño.

Un gran saludo.

lunes, septiembre 03, 2007

Volver a kendo

En la descripción de mi blog menciono "algo de kendo", y ahora quisiera hacerle honor a esa instancia.

La verdad es que desde que falleció mi abuela que no había ido a kendo...eso fue a principios de junio del año 2006, y resolví volver ahora a fines de agosto, con el orgullo atascado en la garganta, sin bogu y con el respaldo económico que me da mi trabajo.

Todo ha ido bien, realmente, pero hay algo que lejos me motiva mucho más a continuar, a ser porfiada con la disciplina y tratar, tratar siempre: cuando volví, muchos sonrieron contentos, otros me abrazaron felices de verme de vuelta, y realmente sentí que volvía a una suerte de "casa". El dojo nunca ha sido de lo más cool, de lo más fino, de lo más bonito, pero es mi dojo, y eso me pone sumamente feliz. Su olor es único, y si bien no es nada agradable, es el olor de mi dojo, y donde doy rienda suelta a varios de mis sueños.

Ahora he dado otro paso nuevo, con el cual supongo que avanzaré más y mejor, a no ser que el cansancio me robe demasiadas energías: me he comprado un bogu, usado, pero con mucho carrete por delante. Viene con el típico olor a sudor, a peleas, a oscuridad y encierro, pero ya fue sanitizado con alcohol y odorificado (huele a fresitas, pero voy a tratar de ponerle un olor menos...rosado). Es de 1 mm, por lo que tratar de romperlo es casi imposible, y los golpes no se sienten nada. El men o casco está perfecto, el tare sólo necesita una manito de anilina color índigo, y el do precisa un par de pulimientos, y ya estaría todo perfecto.

Finalmente, es MI armadura, y con eso tengo la posibilidad de recuperar un poco mi suerte de "honor", y la habilidad alcanzada en algún momento de mi pasado entrenamiento.

Mis amigos del dojo de seguro van a celebrar esto: podré combatir con ellos con todas las de la ley, y de paso, compartir y conocer más en el próximo campeonato sudamericano que se va a celebrar en Santiago. Tengo unas ganas de ir.....ah! les dejo el link: http://www.sudkendochile.cl.nu/

viernes, agosto 24, 2007

Una cosa más o menos interesante

En el mundo del diseño y de lo creativo hay miles de listas de cosas que uno no debe hacer, o "lo que Yo creo que es lo correcto", o cómo ser cool, cómo no ser cool y ese tipo de patrañas.

Acá hay una listita de ésas, pero que tiene un cariz mucho más humano (y aplicable a la vida no-creativa, por así decirlo, porque todos somos siempre creativos de un modo u otro en la vida diaria, o nos aburrimos soberanamente)

Es cosa de hacer click en el link, aunque la idea no es tomárselo tan a pecho tampoco.

http://www.foroalfa.com/A.php/Diez_cosas_que_aprendi/103

jueves, agosto 16, 2007

Acerca de la pertenencia

¿Les conté alguna vez que viví los primeros 18 años de mi vida en una gran parcela, donde habían muchos árboles, animales, excesivo pasto, tierra y flores? Creo que no, y para el caso, no es la gran cosa tampoco, pero sirve de marco para lo que quisiera compartir.

Bueno, pasa que viví toda mi infancia aislada, escuchando gallos que cantaban a las 6:30, con perros, gatos, pollos, gansos, conejos y un terreno donde me perdía siempre, para conveniencia propia y para enojo de mi madre. Como tengo asma desde que nací, el pasto siempre me jugó en contra, así que después de correr y creerme tarzán por horas y horas, caía ahogada en cama, con alguna enfermedad. Así fue como no tuve muchos amigos, no vi mucha tele, leí y leí libros de todo tipo y dibujé hasta agotar mis ojos.

Viví en dos casas: una de madera, chiquita pero cómoda, y los últimos años los pasé en la casa "patronal", por así decirlo: era de concreto, con piso de madera y muy helada. Ahí viví cosas maravillosas, cosas muy tristes, tardes imposibles de siesta obligada y sueños acerca del futuro. Era la casa de mis abuelos, ahi donde todo había sucedido y donde mis tíos habían crecido.

Hace ya 8 años que no vivo ahí. La casa de madera fue vendida a unos perfectos extraños hace un tiempo ya, pero aún conservábamos la casa de mis abuelos, la inexpugnable casa fría, de los años 40. Me costó limitarme (mental y físicamente) a un lugar donde no estaba MI árbol, o mi tierra, mis plantas, y mis rincones raros, pero al final lo hice, reemplazando pasto y pájaros por piezas de un departamento mucho más cómodo y seguro, en un primer piso de un condominio decente.

Hoy esa antigua casa de los '40 está a la venta, con el terreno completo. Se vende en 23 millones, aunque el paso de los malditos arrendatarios hace que valga sólo 20 millones: la pieza donde poníamos el árbol de pascua fue dañada, el cielo fue arrancado de su lugar, para forrar una pieza improvisada. Se ven las vigas...parece que ya no hay tina en el baño, y la cocina ya no ve spaguettis hechos por mi viejo y por mí, porque nada de eso queda.
Ese lugar ya no me pertenece, y no hay remedio.

Mi mamá, cuando fue a verificar el estado de la propiedad, tampoco sintió el dolor de ver destruido lo que era tuyo, porque ya no tenía ese sentido de pertenencia. La casa le dio escalofríos, y rabia (porque nadie espera que un arrendatario destruya la propiedad donde vive, o al menos, eso me gustaría creer). Las piezas donde durmió con mi abuela ya no tienen ése espíritu, esa esencia y esos recuerdos, y mi madre lo observó todo con lástima, pero no con nostalgia. Yo lo recuerdo todo con tristeza, a decir verdad, y no quiero ver la casa, no quiero ver esas paredes manchadas y el techo a punto de caer.

La pertenencia es justamente eso, lo que existe cuando se otorga a un lugar cierta característica que lo hace tuyo, como cuando ese pedazo de tierra dice que allí viviste durante años de tu vida. Y mi casa de la parcela, la que encierra aún en mi mente miles de momentos y frases, ya no me pertenece. Y tampoco le pertenece a mi madre, o a sus hermanos, o a mi abuelo.

La pertenencia ahora la relleno con muebles comprados en el Easy, adornos de Casa Ideas y con una cama de dos plazas, entre paredes que aún huelen a nuevo, y que se visten con sueños.

Sin embargo, no puedo evitar sentir un poco de tristeza.

miércoles, julio 25, 2007

done!




Cali ya encontró dueño.
Por si alguien se había interesado (por la cantidad de comentarios y de mails, lo dudo), ya habrá una próxima ocasión.

Los días pasan lentamente....

domingo, julio 15, 2007

Utilidad Pública

Free Image Hosting at www.ImageShack.us

Esta cosita se llama Cali, tiene 2 meses más o menos, y es de tres colores. La vinieron a dejar a mi casa, y si bien la adoro, y me encantan los gatos, ya no puedo tener más.

Si alguien de verdad la quiere, porque necesita una compañera cariñosa, tibia y ronroneadora como ella, basta que se ponga en contacto conmigo a este correo, naturali22@yahoo.com, y yo se la haré llegar, si es en Santiago, claro. El día martes va al doctor, donde se le va a desparasitar y vacunar (aunque está bastante sanita).

Además, si alguien la adopta, a los 6 meses yo misma la llevo a operar para que la esterilicen. Eso es parte del trato.....


:)

lunes, junio 25, 2007

el resto, a mí, no me importa

Mi novia siempre me dice que soy "perseguida": me preocupo por cómo me ven los demás, si alguien se me quedó mirando más tiempo del normal, y toda esa clase de cosas. De hecho, este sábado recién pasado fui a andar en bicicleta (asumiendo el riesgo de agarrarme alguna "itis" por el frío y el viento) y como todo estaba lleno de barro y lodo y tierra, quedé como si hubiera ido a un spa: forrada en el elemento Madre, mezclado con agua, sobre la chaqueta, sobre mis calzas para andar en bicicleta, sobre mi polerón.

Al llegar a casa, le comenté a Elisa que al parecer la gente se reía al verme bañada en barro, pero haciendo deporte igual. Ella me contestó: "No, realmente no se fijaron en tí. La gente no se fija en los ciclistas, es más, la gente no se preocupa de nadie, ni de nada. A nadie le importa el resto."

Me quedé un poco perpleja. Es verdad, me preocupo bastante por cómo me ve el resto o cómo me percibe el resto, aunque no me desvelo por ello. Sin embargo, la respuesta desoladora de mi novia, con su típica frialdad pragmática, simplista, me hizo pensar en que es cierto, que la gente no da un peso por nadie más, excepto si es un familiar, y eso con suerte.

Es como una especie de ceguera, de bloqueo egoísta, pienso. No creo en eso de la bondad per sé, no creo en eso de ser siempre gentiles hasta que alguien te pase por encima (que es lo más seguro que suceda), pero sí creo en que todos estamos conectados, y en que tarde o temprano, dejar o no dejar de ayudar a alguien influirá en la propia rutina, en la propia vida. ¿Es muy difícil de imaginar, si estamos en una ciudad tan pequeña, y tan colmada de gente?

Es iluso ser majadero en estos términos y más en estos tiempos, donde nadie se preocupa por el "otro". Las consecuencias siempre están a la vuelta de la esquina, sin embargo, y parece que nadie las percibe. Una vez mi madre se salvó de ser asaltada por ayudar a un delicuente en su trabajo: mi vieja recibía a los detenidos en un tribunal, y simplemente se le ocurrió ofrecerle una taza de té, porque estaba pasando mucho frío y no había tomado desayuno. Su paga fue grande: el delincuente le prohibió a un colega suyo que asaltara o hiciera daño a esa mujer, sólo por ese gesto.

A mí sí me importa el resto. No me desvivo por nadie, pero si puedo ayudar a alguien, lo hago, y sonriendo. Detesto profundamente la individualidad de estos días, detesto la falta de conciencia, detesto la ceguera y el egoísmo al que nos han acostumbrado.
Siempre digo: "me puedo encontrar con esta persona en un mal momento, puede que me ayude como yo lo he hecho con ella...", aunque no esté ni cerca de la realidad.

No importa. Díganme ilusa, soñadora y todo eso, pero hay que cambiar actitudes: el ser humano va directo a la perdición, si no sabe mirar hacia el lado, con un poco de sensibilidad y con un buen resto de racionalidad.

lunes, junio 11, 2007

un día en que las calles perdieron su sentido

Traté de dormirme, traté de que el asiento fuera más gentil y que el frío no me toqueteara las manos y los pies con dedos de hielo, pero no pude.
Me quedé despierta mirando fijamente por la ventana, mientras íbamos por la carretera.

Entonces, el camino al trabajo se volvió calles, más y más calles. El bus y su chofer no quisieron ir por la avenida de siempre (la antigua San Pablo, plagada de edificios bajos), y se fue culebreando por otros caminos de cemento, Almirante Barroso, Maturana, Brasil, pasando hasta por la casa de mi jefe.

Y de pronto, todas las calles perdieron total sentido. No había norte, ni Alameda, ni Panamericana. Los minutos se alargaron al doble o al triple, así que decidí asumir que la tardanza era algo inherente a mí misma, que no importaba llegar tan pronto, y que sería mil veces mejor mirar hacia afuera, para ver detalles.

Una iglesia evangélica con polvorientos frisos y adornos neoclásicos lucía un color verde epiléptico, mientras a su lado una fábrica de muebles luchaba por la supremacía de la cuadra mediante ariales, impacts y otras fuentes pintadas a mano. Entre el bus y la vereda había un auto, y dentro del auto, un niño dibujando pollitos en el vidrio empañado. Y por la vereda, una señora con bata, con ondulines en la cabeza, barriendo, con ese frío que hace que uno quiera quedarse en cama. ¡Y ella barría con toda calma!

El bus siguió su camino desconocido, como dije, no había norte ni sur, sólo habían casas bajas, cités, rejas oxidadas, bonitas plantas colgando de balcones mohosos y gente apresurada. Una chica con una mochila color calipso nos sacaba ventaja a paso veloz, ¿realmente era mejor ir en el bus?

Los pasajeros empezaron a darse cuenta que era tarde: más de 20 minutos perdidos entre calles antiguas y motores roncos. Pronto nos acercamos a Panamericana (como por milagro, ni supe cómo lo hizo el chofer), para bajar todos apurados y molestos, como ya es tradición. Y ahí estaba el frío y la tardanza, otra vez.

Esa fue la mañana en que las calles habían perdido su sentido, magníficamente.
Misteriosamente, tal vez.

miércoles, mayo 30, 2007

En trozos

Una parte de una canción,
y aún no sale la impresión
son muchos vectores.
Un par de pasajeros se ríen.
No resulta ser tan bonito como pensaba
el futón que fui a ver.

Un pedazo de sueño
se cuelga a las 6:45 am,
porque a esa hora me despierto.
Otro pedazo de sueño se pierde
a las 7:00 am,
porque a esa hora vuelvo a despertarme.

Hay un par de ojos
que tienen un brillo tibio
en mi cama
y los pelos de gato
vuelan y flotan cerca de mi ropa.

Bass y trebble
peleando por sonar mejor
a mis espaldas
mientras los post-it se acumulan,
las pautas se confunden,
y fh10 y fh11 se traicionan.
(no usar la última versión:
tiene problemas de postscript)

Una manzana me mira.
Y todo se cae en trocitos
sobre el teclado.

martes, mayo 22, 2007

Repasando las propias metas

Hoy en el trabajo salió en la conversación-de-frente-al-computador el tema de las metas que cada cual tiene en mente. Cada cual tiene su propia escala de metas, de perspectivas y obstáculos, pero sí he visto que hay algo en común: ninguna de las chicas que está aquí tiene planificado seguir tal y como está actualmente.

Astrid, mi amiga, tiene en su camino la meta más grande que hasta ahora le presenta su carrera: titularse. No le ha sido fácil, pero ya tiene previsto terminarlo este año, como en diciembre. Después de ese evento, tiene en mente otra cosa muy grande: tener hijos. Ahí yo la aplaudo: yo no quiero tener mini-Pilares, pero sí me gustaría mimar a los hijos de mis amigos.

Carola P., la persona que se sienta a mi lado y que me aguanta cada idiotez que digo, tiene planes de trabajar afuera, en algún momento. La verdad es que ella sueña con Italia, con serios planes de aprender el idioma y todo. La otra Carolina que se sienta a mi lado tiene que titularse también, y creo que aspira a vivir con su pareja, en su casa propia.

Entonces, pienso en mis propios planes y haciendo memoria, muchos de ellos han quedado archivados esperando mejores horizontes. Uno es el deseo de volar, pilotear aviones: desde que murió mi padre que ésa fue una de las metas más importantes, pero finalmente me ganó la academia tradicional, vale decir, seguir el camino de la Universidad, donde habría más posibilidades de desarrollar mi principal habilidad: la plástica/diseño/ilustración/creatividad.

Hace poco me planteé lo de trabajar en el extranjero: Nueva Zelanda, Australia o Canadá. Y hoy me lo vuelvo a replantear. Y de la mano de esas metas, la posibilidad de poder tener un fondo extra que me permita estudiar instrumentos y vuelo visual, junto a física, matemática y naturalmente, meteorología. No, no lo olvido. Tampoco olvido que acá está todo lo que es mío, dígase, mi casa, mi madre, mi futura casa propia y sobretodo, mi pareja.

No, no puedo irme pronto. Al menos son dos años más acá, y puede que mucho más, si se me cruzan ciertos postgrados, ciertos cursos en particular. Necesito crecer como creativa, como redactora y como gestora de cosas más grandes....y partiendo de acá no creo que lo logre.

Ah, esto de las metas y caminos, da para tanto.
Para mi desgracia, soy ambiciosa, y me gusta acumular conocimiento y ponerlo al servicio de mi trabajo.
Y si mi trabajo varía de un mac al mando de una aeronave, que así sea: volar es un gran sueño.

:)

martes, mayo 08, 2007

Un relato

"
Desde hacía un par de cuadras había vislumbrado una falda estilizada, de color negro. Debajo de esa falda, un par de piernas enfundadas en medias negras, con unas botas altas, de taco agudo, semejante a una daga. Sobre la falda, había un torso de negro con color café (café de grano, oloroso) en forma de encajes, con dos brazos ondulantes y apresurados como si fueran serpientes. Era coqueta y seria, la cabellera que llevaba suelta.

Me escondí detrás de un pilar, para poder mirarla, mientras se alejaba. Luego, corrí silenciosamente detrás de ella, para poder percibir su perfume, entre automóviles y árboles incluso. Un perro chilló asustado al sentir mis pasos casi inexistentes, e hizo que ella se volteara a mirar, alarmada. Qué animal más torpe, pensé.

Y me vio.

Me congelé en el acto, mirando a izquierda y derecha, mientras observaba en su rostro una expresión de sorpresa casi morbosa. Las mejillas se le habían encendido como sangre en la nieve. Había olor a hidrocarburos y motores reposantes. El estacionamiento....¿No había ido demasiado lejos?
¿Por qué seguirla? ¿Y si venía su novio o su esposo a encontrarla, y me descubría en pleno acto de espionaje obsesivo?

Decidí partir, sin darle más pistas de mi persona, tratando de jugar con las sombras, después de todo, yo vestía siempre de negro, era fácil huir, era fácil incluso seducir.

Pero no resultó. Ella fue más rápida, más certera, más precisa, y ya estaba a menos de un metro de mí.

Su perfume me llenó, entonces. Pude percibir sus rasgos más finos, la comisura de los labios pequeños, los ojos casi orientales, un mechón que había caído sobre su frente le daba un rasgo un poco macabro. Era dulce, sin embargo.

La pared me tocó la espalda, mientras me daba cuenta que yo había terminado como la presa más perfecta. Ambas vestíamos de negro.
Y el estacionamiento estaba tan oscuro...y tan frío.
Sus labios se movieron lentamente, cerca de mi oído y las palabras cayeron como plumas sobre el agua.

' Te pillé....'


"

sábado, abril 28, 2007

Carta para mi padre

San Bernardo, 29 de abril de 2007

Querido Divancito:

Me he propuesto escribirte un poco, porque hay muchas cosas que quisiera decirte, aunque no estés en forma visible conmigo. Creo que estás ahí, porque alguien me cuida mucho, y quisiera tener pruebas reales de eso, pero no es muy lógico pedirlas, ni tampoco podría hacerlo, sé que no es fácil para tí. Siempre te pedí demasiadas cosas.

No puedo negarlo, te extraño demasiado. No busco negarlo tampoco, te recuerdo con mucha frecuencia, porque cada día dicen que me parezco más a tí, en demasiados sentidos. Me miro al espejo, y, si fuera más peluda y más cejuda, sería igual. Ni hablar de la estatura, del pelo, de la contextura, de las mañas y de otras cosas medio tabú que supe después de tí.

No, no tienes nada de qué preocuparte, padre, sé todo lo que fuiste, lo que no fuiste, lo que ocultaste tanto tiempo. Sin embargo, todo lo que fuiste, todo lo que significaste para otros fue siempre grandioso, siempre fuiste el "caballero de los cielos", y eso lo sé, porque conmigo eras perfecto. Escaso, pero perfecto.

Te echo de menos, viejo. Echo de menos poder hablar contigo entre tus malditos viajes de semanas y semanas, entre los problemas de plata, los dolores de cuello y de cabeza y los dividendos, esos que ya no se pagan, porque el departamento quedó pagado cuando moriste. Sí, tus planes de dejarnos el auto, el montepío y el departamento fueron correctos, pero no te imaginaste todo lo que me harías falta, parece. Cada día me pregunto qué dirías si soy como tú en todos los sentidos, si quiero casi lo mismo que tú querías, si trabajo en el centro, a cuadras de tu antiguo trabajo, si mis dibujos son tan elaborados como los tuyos, cuando hacías ilustraciones publicitarias. Pagaría por tener el original de ese pescado que hiciste para la lata de conservas, ese que me comentaste tan entusiasmado. Demonios, duele pensar que no me conociste realmente.

No, si sé que no fue con intención, la muerte que tuviste fue espantosa, y cuando la recuerdo, se me llenan los ojos (o el corazón) de lágrimas. Ir a verte todos los días al hospital fue necesario, fue doloroso, fue triste. Yo te admiro, padre, de veras que sí, y entonces veía que te ibas de a poco, tan lentamente....que no entendía un carajo (ni entiendo) cómo es que el genio de alguien se vuelve puro humo, aire...nada luego.

La muerte se lleva lo mejor y lo peor de cada persona, parece.

Quiero contarte un poco de mi vida, padre, porque creo que te ocupas de cuidar a otras personas además de mí, como siempre hiciste. Espero que mi abuela no te moleste mucho en el inframundo, o en donde estén, aunque ella sufrió tanto como tú en el hospital. Fue tan malo para mi madre. Y para mí.

Bueno, al grano: tengo una pareja. Tiene un nombre hermoso, al cual se dedica una melodía de Beethoven que tú tocaste en el piano de la casa de la abuela alguna vez. Tiene un genio complicado, como tú, es muy amorosa conmigo, suele ser bastante complicada, pero me gusta así. Lo más importante es que ha estado conmigo en tantas ocasiones, y siempre con la mejor de las intenciones, me ayuda, me acurruca y hace que sonría harto. Creo que eso es lo importante. Después de todo, no tuviste que perseguir a nadie con un rifle, diván: yo misma he resultado ser de ese tipo de personas, las que roban las hijas de otros.

Mi madre no está muy bien. Tenías razón: mi abuela no dejaría en paz a mi madre hasta el final, y eso se cumplió con creces hasta mediados del año pasado. Yo misma traté de que mi vieja no sufriera más depresión de varias formas, siempre sonriendo, ayudando y todo eso, pero no fue suficiente, y mi abuela al final partió dejando a su hija con una carga emocional excesivamente cruel. Yo bajé de peso (ya no soy tu gordita....no sé si te guste, pero estoy flaca como palo de nuevo) y he perdido un buen poco de pelo. Ni hablar de la palidez, que se supone que puedo haber heredado de tí. Espero que no sea así.

Trabajo en el diario La Nación, a todo esto, como diseñadora. El hecho que me hayas regalado tantos lápices cuando pequeña derivó en que yo siguiera pensando en cómo ponerles un "borde" a las cosas que imaginaba, sobre un papel. Y bueno, tengo la habilidad tuya, de las imágenes y los dibujos, del idioma, de la música y de la escritura. Estudié lo más duro que pude durante todos estos años, logrando muchas cosas, sin embargo, siempre que veo un avión sobre mi cabeza, sueño con volar, y aprender instrumentos, y salir y remontarme por sobre los demás, como lo hacías tú. Soy una buena diseñadora, padre, y hago casi lo que me place, y con gusto y buena paga.

Bueno, yo te hubiera pedido que me dieras instrucción de vuelo, en realidad, pero la historia ya la sabemos los dos. No creo que te hubiera gustado la idea, ya me habías dicho que "piloto??? nooo, no, no, no..." con esa cara de seriote que ponías.

¿Has visto qué animalitos hay en mi casa? Una perra negra, y una gata, que de seguro adorarías. Siempre que veo gatos te recuerdo. Siempre que veo aviones o lentes Ray Ban o gente saliendo del MOP, o...
....cuando siento el aroma de tu after shave, ese que no estaba en mi casa, pero sí en tu departamento. Brut. Y ese desorden de puta madre, papá, todo eso recuerdo.

No saco nada con seguir diciendo que extraño lo que no fue, lo que tal vez sería, un futuro incierto, como se perfilaba hasta que moriste. Entonces, dejé de ser la niña, para ser la mujer y luego ser un hombre, por segundos o minutos y hasta horas. Y días, todo, para ser apoyo de tu pobre mujer, que lloró por tus faltas, por tus ausencias y tus secretos más feos.
Padre, eso no se le hace a una mujer buena como ella, pero te amo de todos modos, tanto como para admirarte y no repetir tus errores.

Me despido por ahora, porque creo que tengo demasiadas cosas que decir, y este espacio es agotador a los ojos. Sólo te pido que no te vayas de mi lado, que sigas hablándome en los sueños, que me protejas de lo que creo que no me hará daño, como suelo creer. Tus pelos de las manos, tus cejas, tu nariz, todo eso se pone borroso en mi memoria, y sin embargo, más fuertes son los recuerdos de tu esencia y de tus palabras.


Cuidate, donde quiera que estés, Divancito, y cuida a mi madre, que ella te sigue amando, con toda su alma. Se le nota en el fondo de los ojos, sé cómo ver eso en los ojos de las mujeres.



Quien te extraña y te ama,
tu hija,
Pilar

martes, abril 24, 2007

Late at night - en medio de la ciudad

Supongo que las viejas paredes no destiñen los colores de los sueños.
Espero que así sea, por esta noche al menos.
Es tan tarde, mientras permanezco en un terreno ajeno, con objetos y aires extraños, y a la vez familiares.
Como en esas noches de imágenes y archivos sin sentido, de trabajo casi sin retorno, de "seguir porque hay que seguir".
Es natural, ¿no?
Así es la vida, dicen.

Supongo que los kilómetros no destrozan nuestros anhelos más tiernos, amor.
Espero que así sea, en este lugar, cerca de todo, pero lejos de lo esencial.
Supongo que el cansancio abate tus párpados, como hechizándolos,
evitando que llegue a conversarte con mi voz casi vacía,
y evitando que sientas mis besos.
(Despiertas, me regalas una sonrisa tibia, te acomodas y vuelves a dormir)
Es lógico, ¿no?
Todo es tan predecible,
cuando son las 2:20 am, lejos del sur.

¡Cómo se despliega la noche
sobre los edificios húmedos, fríos y anaranjados,
mientras percibo luces, papeles, alfombras,
tildes perdidos e ilusiones en cyan!

Supongo que pronto me iré a casa,
en un auto con olor a ajeno,
cruzando calles como ríos o como serpientes.
Espero que así sea.
En verdad que sí.

domingo, abril 15, 2007

Mañas, trucos y "the right how-to" en diseño

Recuerdo que cuando estaba en la Universidad mis compañeros y yo siempre tuvimos variadas clases de "cómo hacer las cosas" en diseño, en cuanto a técnicas, a programas, a cómo sacar ideas, a cómo llevar a cabo nuestros planes, cómo investigar o cómo clasificar. Con el paso del tiempo, cada cual se fue separando y adquiriendo conocimientos en forma práctica por varios caminos, por ejemplo, trabajando en forma freelance, con la ayuda de otros amigos, conociendo otras empresas, como me pasa a mí en el ámbito del desarrollo de campañas y de conceptos, en el mundo del marketing a nivel promocional.

Hace cerca de un mes y medio llegué al departamento de Arte de La Nación, y me encontré con miles de "how-to"'s, especialmente el de mi jefe, y el de mis compañeros. Adaptarme ha sido un soberano dilema, al punto que creí que había retrocedido en mi desarrollo social al nivel que tenía en la preadolescencia, es decir, casi cero. Me sentí pésimo, y lo pude superar gracias a una buena charla con mi amiga Astrid, con quien trabajo. Fue pesado, complicado, feo, crudo. No me gustó cómo me sentí y no quiero repetirlo.

Pero bueno, este registro tiene que ver con las mañas/how-to's en diseño, ya sea desde el punto de vista de la creación, de la concepción de proyectos, o del desarrollo de archivos para trabajar. ¿Mis métodos? Horrendos, según el how-to de mi jefe.

Y es que hay que tener claro que existen tantos métodos de trabajo como diseñadores hay en el mundo. En el departamento de arte de La Nación hay una forma estandarizada de trabajar, con el objetivo de que si yo encuentro un archivo de otra persona, debo poder editarlo y llevarlo adelante sin problemas. Debo entender su estructura, y debo ser capaz de mantenerla para el resto de los diseñadores.

Si uno trabaja en solitario, esto se va prácticamente al tacho de la basura. Claro, esto no se viene a entender hasta que se prueba en la realidad misma. Y eso fue algo que me costó harto. Si uno trabaja en dúo, uno desarrolla proyectos a la pinta de los dos, pero no de un departamento completo.

Una maña en diseño puede ser desde el considerar un proyecto de tal o cual forma, hasta usar en exceso el "pegar dentro" de Freehand, para acabar generando archivos pesados e inútiles. Otra maña puede ser cierta forma de maquetear, cierta forma de armar páginas, lo que se conoce como "optimización editorial": muchos tienen dos o tres mañas, dos o tres trucos infalibles y variadas escapadas visuales que disimulan ciertos efectos, pero no existe un modo único de trabajar, y esto es muy evidente en una agencia o un departamento de arte.

Mi propio modus operandi está cambiando radicalmente, y la velocidad tiene mucho que ver: el trabajo ha sido fructífero, no tanto como debiera, pero más que antes. Si pudiera mencionar cuántas cosas he aprendido en este tiempo en el trabajo, tendría que tomarme una tarde entera para redactar, y eso ya es mucho.

¿Conclusión? No existe "the right how-to" en diseño, a no ser que sea impuesto un método especial, por temas de organización de la empresa, cosa que me ha pasado a mí.

Buscar el propio método, ésa es la tarea más primordial. Y claro, tomar unos cuantos cursos en academias, eso nunca está demás.

martes, marzo 27, 2007

Protesta callada

Para callado,
porque nadie quiere escuchar de estos temas
hoy en día
cuando todo lo cool está en la cúspide,
cuando todo lo sano y bello es deseable.
¿Quién no lo querría así, después de todo?

Para callado,
porque probablemente nadie quiere saber
si uno siente o no inquietudes
que ya nadie siente.
Porque ganan los sistemas
electroextráñicos, paralelos y perpendiculares,
surgen y se aceptan los modelos convenientes
donde lo diferente tiene blurry effect,
y por ende pasan por debajo
del umbral de la atención.

Y no, nadie quiere saber de luchas
que no tienen que ver con lo que quiere
la mayoría.
Yo no sé de ratings,
ni me importan los personajes en la pantalla:
el rumor en los medios
es como el polvo,
que se acumula,
molesta, ensucia todo
y finalmente ahoga.
Quiero estar por sobre ese horizonte...

Silenciosamente digo
que esa música inocua que suena
sin alterar a nadie
sólo conduce al vacío.
Que sus pulsaciones son inofensivas
y que sus voces parecen raspaduras sin sabor.
No quiero más, en serio,
no más.
Esa música tiene sus orígenes
en vanos filtros emulsionantes,
en sintéticos, en estáticas ilusorias.

Quedamente susurro, entonces,
que deseo la fuerza, el fuego y la sangre.
No por destrucción, si no por su intensidad.
Quiero la diferencia,
amo no ser target de nadie,
ni nada.

Murmullo mi canción propia,
compongo mis vectores, mis comandos,
genero mis mundos propios,
cuando nada ni nadie me escucha o graba.
Escucho voces en medio de las paredes.
Y les respondo entre sueños.

Porque nadie quiere escuchar,
damas y caballeros,
acerca de lo más verdadero.
Porque está crudo y es duro
y tiene un sabor anómala.

Y muchas veces no es cool.

jueves, marzo 22, 2007

Transantiago (again) : Opciones para todos los gustos

Es cierto: se habla demasiado del tema en Santiago. Apuesto que en regiones deben estar felices por no tener semejante lío, porque Santiago siempre ha sido un gran cúmulo de peleas, de reformas y de motores, aunque en otras regiones se ha implementado el Trans-algo...
...pero en Santiago siempre reina el caos.
La centralización excesiva tiene su precio.

Esta vez lo estamos pagando un poco caro, al menos en términos de tiempo. Parecen haber frases al respecto, como por ejemplo, "Si sales más temprano llegarás más tarde" o "Más vale micro vacía que Metro copado" o tal vez "Asidero agarrado, pasajero no-lesionado", y así. He corroborado la primera de éstas aseveraciones, saliendo a las 7:40, y llegando a mi trabajo a las 9:20. Si salgo a las 7:50, llego a las 9:10, dependiendo de la combinación que haga.
Llamativo, por decirlo menos.

Hoy probé la última opción de transporte público disponible desde San Bernardo: el bus clon. No se parece a Dolly, pero es bastante perfecto, si lo comparamos con otros medios. Este bus, tanto en Gran Avenida como en otras avenidas del espanto, hace la gracia de repetir el recorrido del metro, parando en ciertas estaciones, bien definidas antes de que uno aborde la cuncuna. Hoy me bajé de la 201 y justo pillé la 214, clon, vacía y con una fila moderada de gente. Un monitor difundía con megáfono las paradas del bus. No era malo.

Abordé, escogí mi asiento, me acomodé y miré por la ventana cómo se ponían borrosos los paraderos, mientras un par de personas se quejaban a viva voz con el conductor: el bus había parado una cuadra más lejos de lo que debía. Otros, en el modo clásico de insultaje santiaguino, subiero y bajaron al chofer con garabatos. Una señora chillaba cosas que yo no entendí mucho, porque estaba dentro de la categoría de "mujer que habla en tonos agudos y que no será considerada o escuchada por ningún hombre".
Oh sí, esos tonos agudos no puedo escucharlos tampoco.

El recorrido fue rápido, eficiente y relajado, si ignoramos a los que no escucharon dónde eran las paradas o los que simplemente no entendieron nada. Llegué a mi trabajo a las 9:08, incluso con compra previa de mi bebida tóxica y energética matutina. Fue bueno.

Si hago un resumen, la cosa va así, para quienes vivimos en la zona sur de esta ciudad y queremos llegar al centro:
- 201 hasta Santiago: si se tiene tiempo y energías para irse de pie, peleando con la gente.
-201 + 302 : si se tiene tiempo.
-201 + 302e: si se tiene poco tiempo.
-211e /211+ 302: si se tiene poco tiempo.
-211e/201 + 214: si no se tiene tiempo en absoluto.
-211e/211/201 + metro: si usted es un poco masoquista y le gusta que lo manoseen, y no tiene tiempo.
Hay que recordar que el factor suerte y el factor "mequedédormida" juegan un papel de GRAN importancia.

Y bueno. Eso.
Transantiago es sobrellevable, si uno es lo suficientemente paciente.

Por cierto, si lo "especial" si inserta en lo "normal", no siempre pierde lo "bueno", como yo lo veo. Es más, puede mejorar su capacidad creativa, que es lo que me pasa un poco a mí.
Es como una cosa de energía retenida.

Nos vemos pronto

sábado, marzo 17, 2007

Lo normal

Micro, metro, micro. Y caminar. Ver, guardar, evaluar, pasar la tarjeta por el sensor, abrir, subir, cerrar.
Lo normal.
Trabajo, saludar, medirse uno mismo, acomodar, guardar(se), felicitar, sonreír, ir al baño y mirarse en el espejo. Lavarse las manos. Poner el pestillo.
Lo normal, como es de esperarse.
Más trabajo, pdfs, ps's, indesign, photoshop, freehand, logo, matiz, escala y formato. Y pantalla y dock y manzanita. Las teclas se vuelven subversivas. La impresora reclama papel. A3, A4, carta. Pegoteo.
Lo normal, no?
Almuerzo: ensalada, frutitas, sopa.
Sueño, trabajo, luces fluorescentes, suspiros, radio, papeles y teléfonos sonando.
Lo normal, por cierto.
"Mi pareja estudia biología" ¿porqué no decir "mi novia estudia biología"?
"No te preocupes, a los hombres les gusta la celulitis...." A mí no me gusta la celulitis, qué está diciendo srta., yo cuido mi cuerpo, y a mi novia tampoco le gusta la celulitis.
"No comes pizza?" No, la detesto.
"No comes completos?" Me dan asco.
"No te gustan los hombres?" Son como los completos.....

-----------------------------------------------


Mi trabajo es tranquilo, pero se respira en forma normal. Cuando salgo de allí siento que soy otra de nuevo, y cuando entro, todos son francamente....normales. El que se casa obtiene un bono de $100.000....no es maravilloso? "Por eso no más me casaría yo, tú no, Pili?" Para una mujer es normal casarse....

Pero yo no me voy a casar, aunque estoy muy cerca de ello.

Lo normal puede aniquilar, si uno no se siente normal. Lo raro puede ser normal, pero no cuando se trata del trabajo.
Hasta ahora he encontrado buenas personas, pero no creo poder salir del closet con ellos, al menos, no en forma directa o explícita. Elisa sigue siendo mi "pareja", y no paso a mayores detalles.
Tal vez alguno de mis conocidos previos del trabajo recuerda que estuve en una fiesta con ella, evidentemente cariñosas.

Tal vez para ellos sea normal.
Porque lo normal impera en el mundo real.
Y eso lo hace un tanto aburrido, aunque no malo.

jueves, marzo 08, 2007

Intrigada

La verdad de las cosas es que en el post pasado hay un solo comentario (como suele ser siempre, este blog lo conoce poca gente) y el mensaje corresponde a "Carolina", una compañera de básica que me recuerda con un cierto aire de nostalgia.....

De a poco comienzo a recordar varias Carolinas en mi infancia, unas mucho más relevantes que otras, y otras definitivamente muy poco agradables. Es un nombre muy común, que uno suele diferenciar usando "Carola" o "Carito" en casos de confusión: acá mismo en el trabajo hay dos chicas llamadas Carolina....Una de mis mejores amigas de la infancia se llama Carolina Vega, que no es esta chica que me ha dejado sus palabras cariñosas.

Me gustaría que la próxima vez que esta amiga de básica posteara (si aparece) me dejara su apellido o un dato clave para recordarla. Igual no tuve muchas amigas cuando era pequeña, así que si vuelve a aparecer por acá, estaré muy contenta de recuperar un pedacito de pasado, para traerlo al presente y pulirlo hasta dejarlo brillante y oloroso a flores.


:)

sábado, marzo 03, 2007

Mundo Laboral

Súbitamente, y como una especie de balde de agua helada, he aterrizado en el mundo laboral, con todo lo que ello implica.

Para algunos suena exagerado de mi parte todo este asunto del trabajo, pero para quien nunca ha tenido sobre sí el peso de un sueldo, de una responsabilidad mensual, de tener AFP y de tener imposiciones, de responder a una escala jerárquica y todo eso, es algo tan frío como levantarse a las 5 am a cerrar la ventana del living, y tan real como un accidente de tránsito.

Hasta ahora, mis dos días de trabajo han sido un poco paradójicos. Generalmente me desenvuelvo en forma canchera y bromista en los lugares donde trabajo y hago mis cosas, pero en este lugar me cuesta un poco más de la cuenta: será la seriedad, será el ambiente, será que REALMENTE ES MI TRABAJO, y que no es el mundo de los practicantes, o de quien estudia nada más, y que no le preocupa si el sueldo va a alcanzar para vivir un mes completamente.


Hoy tuve una especie de crisis en casa: mi madre y mi novia, al unísono, me preguntaban acerca de los certificados que debo llevar para Recursos Humanos, que cómo los iba a solicitar, que cuándo, y otra serie de dudas operativas. Yo iba un poco cansada en el auto, pensando en la inmortalidad del cangrejo, ya que había pensado largamente acerca de ese tema, para tener luego el contrato y la claridad de la oferta de sueldo y todo eso....
.....Pero mis dos mujeres estaban preocupadas: yo no mostraba signos de alteración, de voluntad para tomar acciones, o siquiera de haber pensado al respecto. Me sentí un poco pasada a llevar, no en forma intencionada, si no que desde la perspectiva de quien no considera que yo YA estoy nerviosa, y sé qué tengo que hacer y cuándo. Me sentí como si pensaran que soy tonta, o algo por el estilo, aunque sé bien que lo hacen por preocupación. Y porque quieren que tenga todo claro y listo lo más pronto posible, lo que es siempre loable.


El asunto es el siguiente: no estoy demostrando mis preocupaciones, trabajo sola, sin decir ni pizca de lo que pasa por mi cabeza. Y no proyecto una imagen muy "clever" que digamos, como lo veo yo. O al menos creo que no me veo muy activa...aunque corra, piense, haga de todo...no sé.


El trabajo me trae una serie de responsabilidades a la puerta, junto con un sueldo que no tengo claro aún cuánto será.
Sólo espero poder rendir en todo lo que quiero y lo que debo.....

sábado, febrero 17, 2007

Kremlim Dusk - Utada Hikaru

http://www.yousendit.com/download/RlRxNWNzR3N3TGg1VEE9PQ

All along I was searching for my Lenore
In the words of Mr. Edgar Allan Poe
Now I’m sober and “Nevermore”
Will the Ravens come to bother me at home

Calling you, calling you home…..You….
Calling you, calling you home

By the door you said u had to go
Couldn’t help me anymore
This I saw coming, long before
So I kept on staring out the window

Calling you, calling you home
You… calling you, calling you home

I am a natural entertainer, aren’t we all?
Holding pieces of dying ember
I’m just trying to remember who I can call
Who can I call…
Home…. Calling you, calling you

I run a secret propaganda
Aren’t we all hiding pieces of broken anger
I’m just trying to remember who I can call
Can I call?

Born in a war of opposite attraction
It isn’t, or is it a natural conception
Torn by the arms in opposite directions
It isn’t or is it a Modernist reaction
(bis)


Is it like this? (Born in a war of opposite attraction)
Is it always the same?
When a heartache begins, (Torn by the arms in opposite directions )
is it like this?
Do you like this? (Born in a war of opposite attraction)
Is it always the same?
Will you come back again? (Torn by the arms in opposite directions)
Do you like this? (It isn’t or is it a Modernist reaction)
Is it always the same? And will you come back again?
Do you like this? Oh do you like this?
Is it like this? Is it always the same?
If you change your mind, won't you tell me?
Is it like this? Is it always the same?
When a heartache begins, is it like this?
If you like this,
Will you remember my name?
Will you play it again, if you like this?

sábado, febrero 10, 2007

Transantiago: los que deben irse


Cuando entré a estudiar a la Universidad, recuerdo que, como muchos estudiantes que viven lejos de sus casas de estudio, tuve que planificar mis viajes, considerando transbordos, uso del metro, de las micros, del metrobús y todo.
Después de ver cómo me robaban entre tanto transbordo (claro, como yo era despistada como un pájaro nuevo), descubrí que había un servicio de buses que si bien era más caro que las micros amarillas normales, y que no se podía pagar pasaje escolar, era limpio, tranquilo, uno se iba sentado y no llevaban mucha gente de pie (por una cosa de seguridad propia). Eran los Expresos, el E28, el E25, el E30, y el Pullman, que conectaban San Bernardo (donde vivo) con la capital en forma fluida y segura.
Viajé por este medio durante cuatro o cinco años en forma asidua, prácticamente todos los días estuve esperando en la fila para irme segura a casa, hubo varias escenas extrañas y sentimentales en esa garita de buses, conocí a gente extraña, pintoresca, a los vendedores de helados....a la familia completa que atendía el kiosko de confites y bebidas. Dormí horas extra en sus asientos, en invierno y verano, muchos amigos me fueron a dejar allá cuando debía viajar a casa, incluso mi actual novia.
Y con esto del Transantiago, resulta que el servicio debe cerrar sus puertas y vender sus máquinas al sistema imperante. Llevan más de 30 años sirviendo a un público que, como la mayoría, valora la seguridad y la comodidad, pero ahora ya no van a correr más.
Ayer viajé por última vez en un expreso, el de siempre, el E28. Siempre preferí pagar demás por irme tranquila en un asiento en buen estado, sin paredes rayadas ni ladrones. Ya no hay más.
Definitivamente, esas personas se quedaron sin trabajo. El heladero, los choferes....casi todos, hasta el gato del kiosko. Y el Transantiago, en vez de contemplar más ramas externas semejantes a estas, las está absorbiendo y convirtiendo en pro del sistema caótico y "moderno" que comienza a implementarse hoy, previa promesa de gratuidad del servicio durante tres o cuatro días, o algo así.
No, no me gusta esta situación, pero me imagino que una vez que viva en Santiago (abril? mayo?), poco me importarán los Expresos.
Sin embargo, los Gatobuses Verdes siempre van a estar en mi recuerdo, como buena ñoña que soy.

domingo, enero 28, 2007

Alquimia

-

Por una hebra de tu perfume
se filtró en mí el deseo.

Desde un rincón de tu cabello
brotó una verdad como la hierba.

En el destello de tus ojos
respira mi sonrisa.

Y en la tibieza de tus piernas
se destilan mis sueños.

-

sábado, enero 20, 2007

Uh, tanta cosa!

Han pasado ya dos semanas, del hecho que ha cambiado mi vida radicalmente: hago más cosas divertidas, duermo sin preocuparme tanto, como mejor, tengo más apetito y más energía.

Me titulé. Y fue lo mejor que pudo pasarme, lejos. La nota no fue la que yo hubiera querido, pero me aprobaron con distinción, lo que es MUY bueno!......Desde ese día, el 5 de enero, que he andado más en bicicleta, he descansado, fui a la playa por un par de días, y he retomado un poco mis amistades, pero muy poco.

Lo que ahora me queda por hacer es trabajar. Y cumplir con todo lo que he prometido, tanto a mis seres queridos vivos, como muertos.

Es grandioso, realmente.

Luego me gustaría contarles muchas más cosas, poner en letras lo que siento en este momento respecto a cierta persona, decir tantas cosas, pero lo haré más tarde.

Mucho más tarde.