martes, enero 13, 2009

Manifiesto pasajero/permanente

Voy a decir que no a varias cosas,
sobretodo esas que no aportan nada más
que a la contaminación del alma.

Voy a decir que no a esa falta de fe
que todos llevan puesta como si fuera
una prenda de vestir de última moda;
me voy a negar a cerrar los ojos
y seguir a la masa,
porque es lo que conviene más.

Reniego de créditos,
de tasas, de medidas, de límites,
de predeterminaciones, de moldes,
porque son instancias que inhiben
la propia naturaleza brillante
que guardamos dentro,
todos y cada uno de nosotros.

Voy a decir que no
a esa especie de superioridad barata,
que se llama "orgullo",
(palabra que es pesada como una corona).
Justamente,
no por ser orgullosa,
si no porque conozco mi propio origen,
y porque sé de qué estoy hecha.

Voy a decir que no a la queja cotidiana,
al lamento fácil,
a la aceptación del dolor,
al logro sin esfuerzo,
y al olvido de la misericordia,
porque no hay nada más hermoso
que el infinito reflejado
en eso que se conoce como "optimismo"
(fácilmente confundido con "ingenuidad"
en los pujantes sistemas capitalistas...)


Finalmente,
voy a decir que no a las más simples
ataduras que mostramos como seres humanos:
a los límites propios,
a creer que realmente los tenemos,
y a pensar que en este mundo
no existe la bondad.

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