Es bien sabido que la típica frase "Precios al alcance de todos" o "Alta calidad, a bajos precios" es pura mentira. Es el truco más antiguo de todos, vender lo que no es, de la forma que realmente no es, o de la forma que nosotros quisiéramos creer, como humildes ovejas consumidoras que parece que somos.
Bueno, esto surge a partir de una pasta de pollo, tal cual. Hace casi tres meses compré el refrigerador de mi casa, y con él venía una minipimer de regalo, la que sólo abrí de su empaque original el jueves pasado. Tras moler un poco el pollo con las otras cosas, descubrí que las hojas se habían separado del aparato, y que nadaban felices entre el pimentón y la mayonesa. Pensé que estaba fallada, y tras intentar 5 veces moler un poco más la mezcla, la hoja se soltó definitivamente del rotor. "Adiós, cócteles sabrosos y salsas deliciosas: me han regalado una basura", dije.
Fui el sábado a Falabella electrónica de Santiago Centro a ver cómo podía arreglar el aparato. Los hechos fueron los siguientes:
1) Primero, esperé cerca de 10 minutos por un turno que no avanzó.
2) Pregunté antes de mi turno, a un tipo que daba vueltas por ahí, qué podía hacer con esa situación del aparato fallado. Las respuestas fueron surtidas, y provinieron de jefes y subordinados: El accesorio (la hoja) no se cambia, hay que dejarlo en servicio técnico para que ellos decidan qué hacer, si la venta se hizo por internet, no hay nada que hacer, etc. ¿Soluciones? Cero.
Con un paquete inservible, una boleta inútil y harta frustración, decidimos con Elisa ir a probar suerte a Falabella del Parque Arauco, pues está probado que a veces cambian un poco las respuestas de un local a otro.
El día domingo fui al mega mall mencionado, con mi madre y con Elisa. Los hechos fueron los siguientes:
1) Tomé mi número de atención para el turno, y no tuve que esperar nada para ser atendida.
2) Tras explicar el desperfecto del aparato, la srta. del mesón tomó la caja, comprobó el daño, y partió a cambiarla por una nueva, en menos de dos minutos. Me sonrió, gentil y me entregó lo que le solicitaba, sin complicaciones. ¿Soluciones? Justo la que esperaría de Falabella.
A dónde voy con todo esto: No es posible que una empresa que se dice número uno en el mercado en tasas de interés tenga tales variaciones de atención, en dos comunas distantes, en una misma región incluso. En un local, tras una simple mirada, se te demora en tus trámites, las soluciones no existen, y simplemente has perdido todo. En otro local, eres atendido con dignidad, rapidez y precisión, sin siquiera cuestionar si la boleta que ostentas es realmente la tuya.
Por un buen rato me quedé pasmada ante el cambio de aire, cómo en el Parque Arauco, sin importar cómo te veas, te atienden perfectamente, pero en Santiago centro no.
Damas y caballeros, hay que tener cuidado. En la ley del consumidor, uno debe reclamar lo que es justo, y en este caso ¿qué diferencia hay si vivo (y por ende, consumo o compro) en Las Condes o en Santiago Centro?
Falabella, te tengo entre ceja y ceja, igual que a París. No hay que dejarse aplastar.
Un blog con ilustraciones, gráfica en general, letras, peladas de cable, poesía, mucho de fantasía y una buena dosis de sarcasmo. Siéntase bienvenido.
lunes, octubre 22, 2007
jueves, octubre 18, 2007
In love and also idiot
Aún cansada, con los ojos ardiendo
Te miro con paciencia.
Qué clase de idiota soy,
Aún no lo tengo claro,
pienso mil y una claves
y sin embargo
sólo me pierdo más y más
en una especie de laberinto
que surge desde lo más profundo
de mí misma.
Enamorada e idiota
Observo tus gestos,
Tus expresiones más graves
Y las más leves.
Y a pesar de estar cansada,
Y de que no hay nadie más allí,
Nadie más que lo entienda,
Sigo, y te miro desde lejos,
Y me doy cuenta de la fatalidad.
De la fatalidad que significa
El estar allí y no estar
El oír pero no escuchar,
Y el saber y saborear y meditar
que tampoco me oyes,
A pesar de que estás allí.
Enamorada e idiota
Me entrego desnuda
Me entrego en palabras simples
Entresacando restos de tristeza,
Aunque de pronto no hay caminos.
Los vacíos son más intensos,
Los silencios se convierten en pedazos,
Trozos de otras conversaciones.
In love and also idiot
Lo diré de forma sutil,
Sólo quiero una pausa,
Sólo quiero un sí,
Sólo quiero y deseo y sueño
Y amo de forma que no tienes idea
Lo que tú apenas ves en ti misma.
Enamorada e idiota, claro,
cómo no, casi siempre.
Mejor, te propongo una idea:
Vámonos lejos, a volar,
Para que no nos moleste el sol,
Y no nos pese el alma y el cuerpo.
Te miro con paciencia.
Qué clase de idiota soy,
Aún no lo tengo claro,
pienso mil y una claves
y sin embargo
sólo me pierdo más y más
en una especie de laberinto
que surge desde lo más profundo
de mí misma.
Enamorada e idiota
Observo tus gestos,
Tus expresiones más graves
Y las más leves.
Y a pesar de estar cansada,
Y de que no hay nadie más allí,
Nadie más que lo entienda,
Sigo, y te miro desde lejos,
Y me doy cuenta de la fatalidad.
De la fatalidad que significa
El estar allí y no estar
El oír pero no escuchar,
Y el saber y saborear y meditar
que tampoco me oyes,
A pesar de que estás allí.
Enamorada e idiota
Me entrego desnuda
Me entrego en palabras simples
Entresacando restos de tristeza,
Aunque de pronto no hay caminos.
Los vacíos son más intensos,
Los silencios se convierten en pedazos,
Trozos de otras conversaciones.
In love and also idiot
Lo diré de forma sutil,
Sólo quiero una pausa,
Sólo quiero un sí,
Sólo quiero y deseo y sueño
Y amo de forma que no tienes idea
Lo que tú apenas ves en ti misma.
Enamorada e idiota, claro,
cómo no, casi siempre.
Mejor, te propongo una idea:
Vámonos lejos, a volar,
Para que no nos moleste el sol,
Y no nos pese el alma y el cuerpo.
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